Proponemos estar un tiempo determinado en un espacio concreto bailando juntos, ocupar el espacio escénico bailando, bailando un espacio que es ocupado por todos reivindicando ese espacio como propio. Bailar bailando, bailar con un cuerpo común , en un espacio compartido. Un cuerpo individual deja paso al colectivo, a la masa y al sudar juntos.
Bailar como acto de resistencia, resistiendo al tiempo y al cansancio.
El cuerpo está involucrado en una cadena alimenticia, en una red de cuidados, en un entorno de amenazas, en unos deseos, en unas condiciones histórico-sociales. Para el cuerpo es imposible no vivir. Padece, goza, se agota, desea, es vulnerable, pero resiste, crea, se reproduce. El cuerpo está involucrado porque incluye la existencia de lo otro aunque esté solo. En el cuerpo se encuentran lo personal y lo impersonal, lo singular y lo anónimo, la apariencia y la oscuridad. Tener un cuerpo es poder ser afectado. Tocar y ser tocado. Tener/ser un cuerpo es depender de otros, dejar rastro.
Marina Garcés